La desregulación de la energía permite una competencia abierta en los mercados energéticos y obliga a quienes compiten por su negocio a "subir el listón" de los servicios e incentivos ofrecidos para ganar y conservar su negocio. Se acabaron los días en los que todos nos veíamos obligados a pagar por una necesidad sin poder influir en el trato que recibíamos a cambio. Ahora tienes el poder de elegir qué proveedor minorista de energía recibirá el dinero que tanto te ha costado ganar, y eso es increíble.